El flamenco es un arte español muy singular. Aunque el género flamenco se suele asociar con España, las raíces del flamenco en realidad son andaluzas. Esta manifestación cultural, única y múltiple y símbolo de identidad de Andalucía es tan importante que, en 2010, el flamenco fue incluido en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO.
¿Cuáles son las raíces del flamenco?
Las raíces del flamenco se remontan al siglo XVIII y nace de la mezcla de muchas culturas: la árabe, la judía, y la de los gitanos. No hay consenso sobre su nombre, pero una teoría sugiere que “flamenco” puede tratarse de una corrupción del árabe “felag-mengu” (campesino fugitivo) y “felagenkum” o “flahencou” (canción morisca de la Alpujarra).
En el siglo XVIII, la danza bolera era un estilo de baile español que no era flamenco, el originador de la danza española, y a principios del siglo XIX alcanzó su apogeo en teatros y salas, pasos de baile muy difíciles y maravillosas coreografías. El flamenco, en cambio, se bailaba en espacios cerrados, casi siempre en terrazas, y no cuajó hasta el siglo XIX, cuando las escuelas boleras empezaron a perder importancia.
A partir de mediados del siglo XIX empezaron a aparecer los cafés cantantes, donde se tocaba el cajón flamenco y se bailaba este arte, hoy en día denominados tablaos flamencos, convirtiendo el flamenco en la vanguardia de la Danza Española.
Por último, las primeras grabaciones de cante flamenco que se conservan datan del año 1895. Desde entonces, el cante no ha dejado de registrarse en la historia discográfica en diversos formatos, como cilindros de cera o tablillas de pizarra. Muchas de estas antiguas grabaciones han sido restauradas y regrabadas, permitiendo a las futuras generaciones conocer las cualidades de cantaores que, de otro modo, quedarían como leyendas o mitos.
Principales cantaores que han marcado raíces del flamenco
Para hablar de las raíces del flamenco en profundidad, es necesario requerir de un gran estudio de la materia, ya que encontramos muchos palos dentro del flamenco, además de diferentes direcciones artísticas. Por eso, a continuación vamos a centrarnos en los principales cantaores que marcaron las raíces de este gran arte.
Antonio Chacón
Antonio Chacón fue el primer cantaor payo que dio a conocer la escuela del cante flamenco y es uno de los principales cantaores que han marcado las raíces del flamenco. Destacó como cantor de Cartagena, Maragneas y Granajinas. Ya desde muy joven empezó a actuar en ferias y cafés, pero no es hasta 1886 que sorprende con su canto a Enrique El Mellizo. A partir de ahí crecerá su popularidad y su contrato.
En 1922 presidió el famoso Concurso de Cante Jondo de Granada. El acto fue presidido por cantaores como Manuel de Falla, Federico García Lorca, el propio Antonio Chacón, Miguel Cerón, Hermenegildo Lanz y Manuel Torre, y fue allí donde descubriría a Manolo Caracol. Con él y con El Tenazas ofrece algunos recitales. En la inauguración de la terraza flamenca del Hotel Alfonso XIII de Sevilla, cantó ante el Rey de Italia y para todos los aristócratas de Europa. Continuó actuando hasta que contrajo aterosclerosis y murió el 21 de enero de 1929.
Juan Breva, uno de los principales cantaores que han marcado las raíces del flamenco
Antonio Ortega Escalona, más conocido como Juan Breva, fue uno de los principales cantaores que han marcado las raíces del flamenco, figura del antiguo cante malagueño. En 1984 actuó en tres espectáculos diferentes en Madrid: en el teatro Príncipe Alfonso, en Café Barquillo y en el Café Imparcial. Fue también un cantaor célebre, el nombre de las estrictas y estrechas fronteras del flamenco y el honor de ser el único cantaor del momento invitado por el rey Alfonso XII de España a cantar en el Palacio Real de Madrid. Por todo ello, recibió el título de Rey del cante clásico malagueño.
Viniendo del Vardial Fandango, donde el cantaor es otro integrante de una banda compuesta por panderetas, címbalos, violines y guitarras, pasa a cantar en la primera etapa, acompañado únicamente por este último instrumento. Esto hace que se destaque más el cantaor, cuya voz ya no se pierde entre el sonido impuesto por la banda y el garbo. Su voz empieza a sentirse, el ritmo del acompañamiento se ralentiza, pasando del verdial frenético al abandrao propio de algunas canciones malagueñas.
La Niña de los Peines
Pastora Pavón, conocida artísticamente como La Niña de los Peines, es considerada la mejor cantaora de flamenco de la historia. Una artista que dominó casi todos los palos flamencos. Fue representante de la escuela gitana del cante andaluz y se dedicó por entero al cante. También creó estilos como las Bamberas o las Lorqueñas.
En 1922, Manuel de Falla y García Lorca la invitaron a actuar en el Concurso de Cante Jondo de Granada, acontecimiento que marcó la historia del flamenco. Su talento sigue siendo tan indiscutible que es elogiada en todos los aspectos del baile flamenco. Como ejemplos, Israel Fernández publicó el disco La Niña del Paiti en 2018. Además, los registros sonoros de La Niña de los Peines fueron declarados en 1999 Bien de Interés Cultural del Patrimonio Andaluz.
Manuel Vallejo, otro de los principales cantaores que marcaron las raíces del flamenco
Manuel Jiménez Martínez de Pinillos también conocido como Manuel Vallejo, es un cantaor español de quien conservamos la primera grabación de La Catalina. Muy popular durante la era de la ópera flamenca, los espectáculos flamencos crecieron en popularidad y se representaron en plazas de toros y teatros importantes. Vallejo y Antonio Chacón fueron grandes impulsores del género, pero Chacón, junto con Federico García Lorca y Manuel de Falla, intentaron recuperar las raíces del flamenco, buscando el estilo puro y evitando la mezcla de culturas.
Vallejo fue bastante codiciado por todos los teatros madrileños, especialmente entre las fechas de 1927 y 1928. En 1929, Antonio Chacón fallece y Vallejo toma las riendas de los espectáculos, con los que tuvo gran éxito. Finalmente, en 1926 recibe la Llave de Oro del Segundo Cante de manos de Manuel Torre. También fue galardonado con la Copa Pavón por el administrador del teatro del mismo nombre. Durante su carrera estuvo acompañado de guitarristas como Ramón Montoya, Miguel Bollur, Manolo de Huelva y Niño Ricardo.
Manuel Torre
Manuel Torre es un cantaor gitano considerado como el joven Niño de Jerez y muchos lo consideran como uno de los artistas flamencos más influyentes de todos los tiempos y que marcaron las raíces del flamenco.
Su debut como cantante profesional se produjo el 11 de octubre de 1902 con la Orquesta Filarmónica de Sevilla y posteriormente en el Teatro Novedades de Sevilla. En poco tiempo se convirtió en la nueva estrella del panorama flamenco de Sevilla. Tras una serie de giras por Málaga, regresa a Sevilla en 1918 y canta en el Teatro O’Donnell. Manuel Torre supo cautivar a todo el público, que se estremeció al escuchar el gemido quebrado que Torre expresó con su propia voz, el instrumento más antiguo del mundo. A partir de ese día pasó a ser conocido como el Rey de las Canciones Gitanas.
Sin embargo, su punto culminante lo presentó, acompañado de soleares, en el concurso de canto que Manuel de Falla, García Lorca, Zuloaga y un nutrido grupo de intelectuales celebraron en la plaza de los Aljibes de Granada en 1922. Con motivo de la competición de Granada, por petición expresa de Falla, se registró por primera vez una seguiriya y también conoció a personas cercanas a la Generación del 27, como Rafael Alberti y Fernando Villarón.
Lo que podemos asegurar sobre las raíces del flamenco es que este arte nace del propio pueblo, y que se ha convertido en un arte indiscutible. El reconocimiento del flamenco como un arte fascinante y único es innegable e innegable. El flamenco sigue siendo una filosofía de vida cuya continuidad depende únicamente de la continuidad de su creador.
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